Proyecto “Por las Mujeres Agricultoras Africanas” de la Fundación Familia Sanz
Beneficiarios:
El proyecto beneficiará directamente a un grupo de mujeres e indirectamente a sus familias.
Objetivos:
A través de este proyecto queremos contribuir al empoderamiento de la mujer en el ámbito rural fomentando la iniciativa empresarial femenina al incluirlas en procesos de producción agrícola más diversificados, eficientes, sostenibles y con visión comercial, a través de la capacitación, el fomento de la organización empresarial, el asesoramiento técnico en producción y comercialización y del establecimiento de vínculos con el tejido empresarial local, teniendo todo ello además como impacto final un incremento en la seguridad alimentaría de las familias de dichas mujeres.
Precisamente porque son las mujeres el colectivo social más desfavorecido de este país, y también quienes sustentan la economía familiar en todo el continente, la Fundación Familia Sanz ha encontrado en ellas un eje para el desarrollo de esta región.
Con el objetivo de ir más allá del corto plazo, que en ocasiones suponen las donaciones, este proyecto contribuye a la formación en técnicas agrícolas, que les garanticen prosperidad a medio y largo plazo, gracias a los conocimientos de tratamiento de tierras, métodos de cultivo, comercialización de productos, etc.
Gracias a este proyecto, las mujeres agricultoras africanas de Burkina Faso están más cerca de alcanzar su inclusión social y desarrollo educativo.
La Fundación, manifiesta su compromiso de contribuir a la reducción de la pobreza en los países en desarrollo, impulsando un modelo de desarrollo humano sostenible con actividades orientadas a la cooperación internacional.
Situación de la Mujer en Burkina Faso
Dificultad del acceso a los recursos:
Acceso a la tierra: En el medio rural Burkinabé, a nivel de las familias, de las comunidades o de los grupos sociales, el poder decisorio se encuentra sistemáticamente en manos de los hombres. Aunque el 95% de las mujeres se dedican a la agricultura, son pocas las mujeres propietarias de la tierra. Representan menos del 6% de los agricultores.
Accesos a las financiaciones: Con motivo de su débil poder económico, la mujer no ofrece garantía suficiente para permitirle el acceso al crédito de producción.
Precariedad de vida:
En las zonas donde las condiciones de vida medioambientales (recursos naturales) acusan una degradación muy avanzada, la migración masculina lleva a la población masculina rural hacía los grandes centros urbanos, y algunos países limítrofes de la región. Esto obliga a las mujeres a jugar un papel preponderantemente clave para la superviviencia de la familia. Pasan a ser el “jefe del hogar”, aumentando, de este modo sus responsabilidades, pero no modifica su status en el hogar, ni en la Comunidad.
Situación socio-cultural:
A pesar de la diversidad de grupos socio-culturales de Burkina Faso, un cierto número de factores constituyen el denominador común de la mujer en el medio rural.
El estatus: el estatus social de la mujer la mantiene siempre en un rango inferior al hombre, haciéndola dependiente de el mismo.
El matrimonio: En numerosos grupos sociales, el matrimonio en el medio rural es siempre el resultado de un “acuerdo” entre familias. La esposa no puede dar su opinión, y muy a menudo no conoce a su futuro marido.
Acceso al mercado laboral:
En el medio rural, un 93% de la población está ocupada, un 45,9 % de hombres y un 54,1 % de mujeres. La mayoría de asalariados está constituida por un 79,9 % hombres contra un 20,1% de mujeres.
La educación (escolarización, alfabetización, formación):
Según el marco estratégico de lucha contra la pobreza en Burkina, el retraso de escolarización de las mujeres es un verdadero freno a su participación en el sector moderno. Sólo representan un 21% del personal de la Administración Pública, y un 5% en las sociedades privadas del sector moderno.
Salud:
Aunque el derecho a la salud se garantice a todos por la constitución de una manera general, en Burkina Faso, la situación sanitaria de la población es preocupante. La situación de las mujeres, en particular, en cuanto a la salud y la nutrición sigue siendo precaria a pesar de la reducción de la tasa de mortalidad maternal. Los factores explicativos de la situación sanitaria de las mujeres son la desnutrición generalmente, los embarazos precoces, la pobreza, la carga de actividades domésticas, las prácticas tradicionales dañinas, el SIDA, la insuficiencia de las medidas de saneamiento y suministro de agua potable, etc.